de medianoche, tu cadera insiste
y pongo de todas mis bombas
la más explosiva,
a punto de terminar con tus cimientos
pero no se puede más.
Esquela vitalicia, que reclama tiempo aparte
y detiene las intenciones más íntimas
pues no tiene razones para razonar
no posee posesión alguna,
que le distraiga la moral.
y como lluvia se mueve vertical
poseyendo intromisiones cuánticas
en tiempos de tengo y no tengo
que envidia sentirán los impíos.
Aqui vamos de nuevo
como serpiente roja, enrrollada
que tiende a morder su cola
cual esculapio ansioso
deteniendo la espera
en un ciclo sin demoras
un evento fortuito
que acaba con los recuerdos.
Y es así, como incesantemente pura
previenes mis antojos terroristas
y detienes tu avión en pleno vuelo
y comienzas a revisar equipajes
con tan solo mirarme a los ojos
un breve instante.
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